Análisis Life is Strange: True Colors

Parece que fue ayer, pero fue un 30 de enero de 2015 cuando Life is Strange vió la luz. Square Enix apostaba entonces con Dontnod por una aventura diferente. Un videojuego que presentaba al jugador una trama bien construida a raíz de unos personajes verdaderamente profundos. A ello, había que sumarle unos poderes sobrenaturales que darían un toque más personal y distintivo al videojuego. La historia de Max y Chloe supuso un éxito rotundo, llevándose incluso numerosos galardones, y fue ahí cuando Square Enix se propondría crear todo un universo.

Life is Strange ha contado con una precuela, una segunda parte con una historia propia, y otras aventuras independientes como son Tell Me Why o el breve Captain Spirit. Todos tienen una serie de características en común: la profunda construcción de sus personajes, poderes, elecciones… True Colors llega ahora sin referencia numérica, pero damos por hecho que supone la tercera entrega de la saga. Alex Chen es nuestra nueva protagonista, y tras dar con su hermano Gabe en el tranquilo pueblo de Haven Springs, un trágico accidente cambiará por completo su vida. La muerte de su hermano dejará extraños interrogantes en el aire, y tendremos que usar el poder de Alex para esclarecer lo sucedido. Todo ello a través de los sentimientos y pensamientos de cuantos le rodean. ¡Bienvenidos a Haven!

True Colors mantiene el característico apartado visual de Life is Strange

Hay varios puntos por los que cualquier juego de la saga puede identificarse al instante. Pero sin duda, su apartado artístico es uno de los más llamativos a simple vista (nunca mejor dicho). No importa si juegas al Life is Strange original, a Tell Me Why o a True Colors, todos ellos lucen con un apartado visual similar. Estos son videojuegos que se apoyan a las claras sobre la propia historia y sobre la construcción de sus personajes, de manera que los gráficos no son lo más importante. Pero por otra parte, Square Enix debía trabajar en algo lo suficientemente atractivo para la vista.

La realidad es que han conseguido, desde los orígenes de la saga, dotar a sus videojuegos de una personalidad propia, y eso también se nota a simple vista. El estilo es el mismo en todos ellos, sin perseguir el hiperrealismo, ni tampoco quedarse en lo caricaturesco ni lo cartoon. Me cuesta incluso describirlo, pero qué os voy a contar a estas alturas, funciona a las mil maravillas. Eso sí, he notado alguna mejoría en elementos muy concretos, como por ejemplo el agua del lago que hay en el pueblo de Haven. Son detalles, pero al fin y al cabo detalles que contribuyen a mejorar la experiencia. Además, se nota que cada escena está trabajada al milímetro, y el juego nos regala algunos planos de lo más espectaculares.

Los interiores por supuesto no se quedan atrás, y reúnen un mayor mimo y detalle en cada objeto existente, podamos o no interactuar con ellos. En cuanto a los propios personajes, se ha hecho un excelente trabajo en líneas generales. Sobre todo, a la hora de representar sus rostros, con muecas y gestos de todo tipo. Los de Life is Strange son personajes muy humanos, y aunque el estilo artístico se aleja como decía de una apariencia realista, logra llegar al usuario de la forma en que el estudio pretende. Es algo que saben hacer muy bien, en este caso por parte de Deck Nine. También estuvieron al frente de Before the Storm, y son los que están llevando a cabo la Remastered Collection. No es casualidad.

Elecciones y sentimientos; True Colors nos muestra el aura de las emociones

Cuando nos ponemos a los mandos, el jugador habituado a la saga puede estar tranquilo, pues las mecánicas y el estilo de juego no se alejan lo más mínimo de sus predecesores. Esto puede ser un punto favorable o negativo, según lo enfoquemos. Al final, cuando un seguidor de la franquicia se mete de lleno, lo que busca es una nueva historia, nuevos personajes y más elecciones. Si te gustó Life is Strange te habrá gustado Before the Storm, y la segunda parte es jugablemente similar. Dicho esto, me parece acertada esta continuación, aunque creo que ya es momento de que Square Enix vaya innovando de cara a futuras entregas, más allá de cambiar los «superpoderes».

Como siempre, en True Colors tendremos que elegir constantemente, y estas elecciones afectarán al devenir de la aventura. Tenemos esas elecciones de menor calado que afectarán a los diálogos y a la reacción de los que rodean a Alex. Por otra parte, están esas elecciones que alteran drásticamente la historia, hasta tal punto que pueden acabar en tragedia o en una situación mucho más positiva. En el juego tendremos la opción de resaltar esos momentos cruciales, aunque ni lo recomiendo como es lógico, ni tampoco creo que sea necesario. Cuando se den estas situaciones, incluso su presentación cambia, dando a entender que es una decisión vital la que tenemos delante.

Pero la gran novedad sin duda, es el nuevo poder de nuestra protagonista. Esta vez, los sentimientos de cuantos rodean a Alex serán los que le permitan esclarecer los hechos sobre la muerte de su hermano Gabe. Y no solo eso, sino que también tendremos esos momentos en los que podremos ayudar a otros personajes más secundarios. Dicho poder puede activarse pulsando el gatillo LT, de manera que se mostrarán auras de diferentes colores (según las emociones) alrededor de los NPC´s. Incluso veremos el mundo como ellos. Lástima que esta habilidad solo pueda explotarse con algunos personajes, quedando algo limitada. Para usarla, es necesario que el personaje en cuestión muestre un círculo blanco, señal de que podremos escuchar e intuir sus pensamientos y emociones.

Explorando Haven Springs

Cada entrega de la saga nos ha llevado a diferentes lugares de U.S.A., generalmente pueblos pequeños y acogedores donde se desarrolla la aventura en su totalidad. En el caso de la primera entrega por ejemplo, todo transcurre en Arcadia Bay, pero a su vez, exploramos varias zonas. El instituto, el pueblo en sí, las afueras… lo mismo sucede con Before the Storm o Life is Strange 2, aunque este último es quizá el que más se expande por motivos de guión. En True Colors, la vida lleva a Alex Chen a reencontrarse con su hermano Gabe en Haven Springs, un pequeño y acogedor pueblo minero. Nada más llegar, los habitantes del municipio harán sentirse a Alex como en casa.

El hecho de que todo transcurra en Haven, hace que la exploración sea más consistente, puesto que podemos recorrer prácticamente todo el pueblo. Aunque una cosa no quita la otra, el juego no deja de tener un carácter lineal que, si bien sabe disimularlo, nos sigue obligando a visitar unos lugares concretos o hablar con ciertos personajes. Pese a la gran cantidad de edificios, los únicos a los que podemos acceder son los relacionados con aquellos personajes más cercanos. Por ejemplo, tenemos la tienda de discos de Steph (a quien ya vimos en Before the Storm), el bar de Jed o la tienda de Charlotte. También se ha implementado alguna que otra zona en la que poder activar esos clásicos planos de película mientras nos deleitamos con la banda sonora.

En interiores, las posibilidades son las que ya hemos visto anteriormente. He podido moverme con total libertad y explorar con Alex algunos de los rincones de las estancias. Siempre hay objetos que mirar o con los que interactuar directamente para cumplir algún objetivo por pequeño que sea. Y no solo eso, sino que nos ayudará a conocer más a los habitantes de Haven. El apartamento de Gabe es uno de los lugares más especiales, y donde encontraremos más elementos con los que interactuar. De hecho, podemos incluso acercarnos al armario y cambiar la vestimenta de Alex.

La importancia de la música

Otra de las principales señas de identidad de Life is Strange, es la clara tendencia por ofrecer una banda sonora inolvidable en cada una de sus entregas. Recuerdo con especial cariño el juego original, con aquella canción tan destacada de Syd Matters, «To all of you». Desde el inicio de estos juegos, uno se da cuenta de que la banda sonora también es parte esencial de la experiencia, y no un mero añadido. La música entra cuando debe, siendo un acompañante más en la aventura de Alex, con especial protagonismo de esa guitarra acústica tan reconocible en otras entregas.

En esta ocasión, el grueso de la banda sonora corre a cargo de mxmtoon, Novo Amor y Angus & Julia Stone, contando con nombres tan importantes también como Michael Kiwanuka o Cyrus Reynolds entre otros. Como veis, la «track-list» cuenta con un elevado nivel, sin nada que envidiar a anteriores juegos. También cabe destacar que el buen gusto por la música no se queda solo ahí. Hay referencias constantes, como por ejemplo la gran tienda de discos de Steph, el amor de Alex por tocar la guitarra, o la gramola de Jed. Incluso los propios personajes tendrán a veces conversaciones en las que se hable de grupos de música, o simplemente se animen a cantar y bailar. Sin duda, este es un apartado que nuevamente se ha cuidado al detalle.

Y qué decir del doblaje. Una vez más, las interpretaciones de los actores son más que brillantes. Son ellos los encargados de aportar ese mayor grado de realismo a los personajes, y siempre se aprecia en cada juego de la saga. True Colors es otra muestra de ello, con una Erika Mori (Alex Chen) sensacional. El resto del reparto mantiene el nivel, con Katy Bentz recuperando su papel como Steph, Stephen F. Austin (Jed),  Exzinia Scott (Charlotte) y compañía.

¿Está True Colors a la altura de la saga Life is Strange?

No puedo decir que no me haya divertido con la historia de Alex Chen, y me agrada ver su conexión con el resto del universo Life is Strange tras la aparición de Steph. El juego mantiene claramente el carácter narrativo de las anteriores entregas, dotando de personalidad propia a sus personajes. Unos personajes que siguen cautivando al jugador por su complejidad y profundidad. Gráficamente es un «más de lo mismo», pero tampoco es que necesite grandes retoques, y en lo sonoro no hay nada que reprochar. Es más, diría que este apartado estaría aún más pulido y cuenta con un mayor protagonismo que en los últimos juegos de Square Enix.

Las elecciones siguen siendo otra de las claves, algo que como es lógico no podía perderse por el camino, al igual que los «superpoderes». Esta vez, Deck Nine nos presenta a una Alex Chen capaz de intuir las emociones de las personas que le rodean, pudiendo ver el mundo desde su propia perspectiva. Esto será vital a la hora de descubrir la verdad acerca de la muerte de su hermano, lo que nos lleva a la historia. Seré muy claro respecto a ello, esto es una cuestión de gustos y por mi parte, la trama que más me atrapó fue la de Chloe y Max. Pero no significa que esta se menos atractiva.

Tanto el juego original como Before The Storm llegaban con una propuesta fresca, diferente, que aportaban algo nuevo a la industria en cuanto a profundidad en sus personajes. Sin embargo, y aunque True Colors es un buen juego, me queda la sensación de que la fórmula empieza a desgastarse. Square Enix debería buscar la forma de darle un giro a la saga, ofrecer más posibilidades a los jugadores, o simplemente alejarse de lo que ya hemos visto repetidamente. Los temas que se tocan siguen siendo básicamente los mismos, así como el tono general del videojuego. Estoy seguro de que los fans disfrutarán de True Colors, pero quizá sea momento de salir de la zona de confort.

Y recuerda, este análisis ha sido posible gracias al equipo de Koch Media España. Además, si te ha gustado este análisis, encontrarás muchos más en Área Xbox.

Life is Strange: True Colors

59,99€
7.2

Gráficos

6.5/10

Sonido

8.0/10

Jugabilidad

7.0/10

Pro.

  • La banda sonora es una auténtica pasada
  • Grandes interpretaciones (una vez más) por parte de los actores
  • El nuevo poder de Alex es lo suficientemente atractivo

Contra.

  • Se echa en falta más libertad para usar el poder de Alex
  • El juego abusa de la fórmula tradicional, se necesita innovación en el futuro
  • Se tratan temas ya vistos en juegos anteriores

Acerca del autor

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He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.

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